El campo de experimentación abierto con las múltiples mejoras mediante el conocimiento interno, la mente como instrumento de sanación, ha deparado una gran evolución aplicada a lo colectivo y al ámbito personal.
Muchos son los ensayos que certifican el poder de la mente más allá del aparente conocimiento de lo consciencia, digamos, superficial.
Un experimento que certificó cómo el subconsciente actúa sobre la salud e incluso la sanación profunda de las personas inspiradas por estímulos, fue el que reunió a personas ancianas en un monasterio que se decoró como si se hubiese retrotraído el tiempo cincuenta años atrás. Retirados los espejos se sustituyeron por fotos de juventud y se ambientó en todo aspecto el espacio de convivencia, similar al que los rejuvenecidos vivieron aislados durante una semana en aquella burbuja de recuerdos propios aquellos años cuando fueron jóvenes.
Los resultados de hacer percibir a sus mentes una realidad prefabricada de juventud fueron espectaculares en progresos de sanación corporal e incluso se incrementaron las capacidades cognitivas antes, incluso perdidas, demostrándose así la primordial y prodigiosa transformación de una realidad por los estímulos e inspiraciones que capta a través de los sentidos la poderosa mente que activa la eficacia del subconsciente como impulso de sanación y anclaje de una voluntad que fortalece a quien encuentra dentro la certeza al margen de la apariencia de la debilidad consciente.
Por todo lo demostrado en el campo del ensayo científico, la Hipnosis resulta prodigiosamente eficaz en su cometido de ahondar en las múltiples sanaciones por el estímulo del conocimiento interior aplicado como resultado eficaz para cada persona y sus concretas necesidades.